El aplazamiento
Pablo Vázquez PérezSe despierta por necesidad, casi por decreto. El último sueño que recuerda parecía efímero aunque recurrente. Esos faros repentinos de un todoterreno al cruzar la calle, mientras intentaba proteger a su cliente del atropello. Después el impacto. Luego la oscuridad.
La medicación y los cuidados de las enfermeras han hecho su efecto. Mira el bote de suero que tiene pinchado en su mano. Ahora tendrá que afrontar lo que le digan los médicos.
Ella es fuerte, igual que su memoria. Mira las paredes y busca un calendario en la habitación del hospital.
Calcula los días pasados desde el accidente. Todavía es febrero y aún están en plazo para retomar el caso.
Sonríe.