Cena. No desayuno

Juan Pedro Cardeillac Gulla · Montevideo (Uruguay) 

Tomaron champán mientras digerían qué comer. Sonrisas, miradas, charla de manual, pasta para el caballero y pescado para la señorita. ¡l sentía que ella era la persona que había estado buscando por largo tiempo. Ella sabía que era así. Abogado y asesina. ¡l sentía orgullo al ver lo que había alcanzado en su meteórica carrera. Ella, morbo al ver a sus víctimas retorcerse de dolor. Malversación, chantaje, jurisdicción y sentencia eran parte del vocabulario diario de uno de ellos. Miedo, súplica, sangre y muerte, llenaban el pensamiento de quien tenía enfrente. Pero no existe medicamento de amplio espectro que cure el enamoramiento, ni multa por no contar todo en la primera cita.

 

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