Ana María Gamboa Monte
@ana-10
Activo hace 2 añosMicrorrelatos publicados
MARCELINO
Aprovechando el cobro de unos honorarios atrasados me fui a descansar a una playa de arena blanca y aguas turquesas. Por desgracia regresé urgentemente. En mi ausencia Marcelino se había vuelto loco.
Era un colaborador imprescindible en mi despacho. Redactaba escritos, demandas, y todo tipo de recursos. Gestionaba el correo, las carpetas de los clientes, y me avisaba con su voz acerada de cualquier notificación. Experto en investigar los asuntos de más enjundia, encontraba al instante la documentación judicial más novedosa.
Tras mi partida y bajo una frenética hiperactividad, Marcelino había preparado escritos absurdos y demandas inexistentes que enviaba con mi firma digital a procuradores elegidos al azar, además de licencias estrambóticas y un sinfín de despropósitos.
Quizás fue mi culpa, me serví de su eficiencia y no supe poner el linde necesario en nuestro trabajo compartido. A mi pesar tuve que desconectarlo. Era un robot jurídico muy especial.
| Junio 2017
Ganador
Votos recibidos por la Comunidad: 27ABOGADAS
El día de su primer juicio como abogada recibió un cofre cerrado con llave, que contenía una carpeta con un código civil y unos recortes de prensa.
Era un legado de su bisabuela Alfonsina, quien nunca tiró la toalla. Su propio padre decía entre sus amistades: “Siempre dan las nueces al que menos las merece”. Se lamentaba así del talento desperdiciado de su única hija, al no poder ejercer la profesión por ser una mujer.
A pesar de algún que otro incidente, su bisabuela logró estudiar Derecho y colaboró con su progenitor en el bufete.
Los recortes de prensa databan de enero de 1922, tan solo unos meses antes de la prematura muerte de Alfonsina. En ellos se ve la fotografía de una joven valenciana, María Ascensión Chirivella Marín, la primera mujer aceptada por un colegio profesional para el ejercicio de la abogacía en España.| Agosto 2016
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 10