Álvaro Gálvez Medina

Microrrelatos publicados

  • Esperanza intravenosa

    Mi despacho era mi refugio, sobre todo teniendo en cuenta que incluía el sofá cama en el que dormía cada noche. «Yo no duermo, yo ahorro», les decía a algunos compañeros. Era abogado de oficio, vivía al límite (marcado por la voluntad del Estado en pagarme). Tras peritar mi situación, más de uno me recomendó dejarlo, pero yo tenía esperanza, nuestra existencia es demasiado fugaz como para postergar los sueños. Hoy se cumplen cinco años desde mi jura, y he podido alquilar un pequeño piso en el que vivir. El barrio es tranquilo y la gente muy cercana; mi dormitorio tiene vistas a un campo de albero donde los chavales van a jugar; y siempre me gustó el fútbol, lo que hace menos doloroso que tenga que ser el árbitro los fines de semana.

    | Septiembre 2015
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  • Sentido común

    Testimonio de un hombre con un sueño: Después de treinta años como interlocutor de los ciudadanos ante la Ley, jamás hubiese imaginado que, en dos mil quince, la justicia no estuviese al alcance de cualquier ciudadano. Así de simple: si no hay dinero, no hay justicia. No puedo comprender cómo el dinero puede hacer añicos cualquier atisbo de sentido común; no sé qué plan siguen los que promueven esta afrenta; pero lo peor no es eso, lo peor es que juegan a enseñarnos un caramelo para después quitárnoslo. El nuevo ministro de justicia ha procedido, sin reparos, al decomiso de la alcancía en la que la abogacía albergaba la esperanza de que volviese a reinar la cordura. Mi maestro me decía que el sentido común es el menos común de los sentidos; mi sueño hoy es que en un futuro próximo florezca la excepción a la regla.

    | Febrero 2015
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1