Imagen de perfilUN DESCENSO METEÓRICO

Alejandro Márquez Gutiérrez 

Accionistas, fotógrafos, portadas de prensa… la presión era inmensa. Pero acusar y encerrar al capo de la mafia local debía ser sencillo, e iba a cumplir con todas sus expectativas cuando el juez del caso más mediático del año lo sobreseía, apeándome del panel de promesas de la todopoderosa empresa para la que ejercía; pero la moraleja es que no cabe actuar bajo arrebatos estériles, y que todo termina y nos deja. Y así ocurrió.

Entre charlas distendidas, entablé con aquél juez una amistad sincera, urdida de abrazos de palpitación sanguinolenta, de querencia verdadera. En su aniversario, quise que contemplara las mejores vistas aéreas y cruzamos las laderas de serpiente hasta la cima de un saliente. Fue desolador presenciar cómo se despeñaba empujado por un viento iracundo hacia un foso polvoriento. Una caída improbable y estrafalaria, casi tanto como el sobreseimiento que meses antes había pronunciado. Debió tener más cuidado.

 

+11

 

Queremos saber tu opinión

2 comentarios