Imagen de perfilEL PAÍS DE LAS GOLONDRINAS BLANCAS

Diego Francisco Barón 

La reforma estaba definida. La decisión tomada por los dueños del capital de la empresa era irreversible. Las abogadas que expresaron un concepto apegadas a la ley y al marco jurídico vigente en relación a la cláusula ambiental del contrato fueron despedidas. Sin explicación alguna, en una escueta carta las notificaron de su despido. Juana y Mariana ahora hacían parte de las “estadísticas” de mujeres desempleadas en el país de las golondrinas blancas. Nada importó, solo el voraz apetito de la acumulación. Al finalizar el año, la especial reforma se ejecutó. El tiempo transcurrió y ahora los ex colegas de las prestigiosas abogadas ambientalistas sienten entre sus manos el frio de los barrotes y la barbarie de la prisión.

 

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