RELACIÓN TÓXICA.
Ana Isabel Rodríguez VázquezLlevaba un jersey tejido a mano y unos vaqueros rotos, que dejaban visibles los arañazos de sus piernas.
Así la conocí, encaramada a un roble centenario para evitar que fuera talado. Después vinieron las manifestaciones para preservar los ecosistemas, las protestas contra la contaminación industrial, y la toma de muestras en vertidos ilegales.
Yo la defendía en los juzgados con la misma pasión con que ella defendía sus ideas. Pagaba mis servicios con el sabor a mercurio de sus besos, y sus abrazos plomizos me reconfortaban tras sacarla del calabozo. Amaba el riesgo y yo seguía con tesón sus pasos imprudentes. Hasta que mis defensas se debilitaron y me abandonó diciendo que no había química.
Caí enfermo, y pensé que el desamor me consumía, recordando su piel cobriza y sus cabellos dorados. Pero el doctor dice que se trata de una intoxicación por metales pesados.
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Me encanta, Ana. Una bella historia muy bien narrada y con un título perfecto. Mi voto, como siempre. Besos.
Muchas gracias por tu apoyo, Eva.
Me alegra que te guste mi micro, y ahora mismo me paso a leer el tuyo.
Besos.
Enhorabuena Ana Isabel. Un relato estupendo, como los demás a los que nos tienes acostumbrados. Aunque no puedo sacarme de la cabeza a la Ecoabogada del mes pasado. Te deseo mucha suerte, y espero que el jurado tenga a bien concederte el premio mensual (o mejor aún, el anual), por los excelentes relatos que publicas. Mi voto, por supuesto, aunque ayude poco.
Que amable eres, José Luis. Cómo ves, por aquí hay mucha y muy buena competencia , pero ver mi relato publicado ya es una satisfacción para mí.
Muchísimas gracias por tus palabras y tu voto.
Un beso enorme.
Esperemos que tu protagonista se recupere del desamor y también, aunque más difícil, de la intoxicación por metales pesados mucho más pernicioso que lo primero. Preciosa historia, Ana. Mi voto y un beso.
No sé de qué tardará más en recuperarse, pero los dos » males» son difíciles de curar.
Muchas gracias, Juan. Un beso.
Me ha encantado lo de los besos con sabor a mercurio y el final redondo de la historia de amor/desamor. Mucha suerte y mi voto.
Muchas gracias, Esteban. Te envío un beso, sin sabor a mercurio, por si acaso… jeje.
El soporte físico y orgánico que nos sostiene es fruto de la química. Las relaciones entre personas también se rigen por esas transformaciones y reacciones que se producen entre ellas. Al ser tan complejos como somos, a veces nos empeñamos en recibir lo que no nos conviene: tabaco, alcohol, drogas y, también, en ocasiones, otros contactos humanos dañinos. Por suerte, no hay mal que cien años dure. Hará bien tu protagonista en seguir los consejos del doctor que ha acertado con el diagnóstico de sus males, esa mujer que resultó nociva y fría como el metal.
Un abrazo y suerte, Ana Isabel
La intoxicación la dejamos en manos del doctor.
Para el desamor, a veces funciona aquello de «un clavo saca otro clavo». Aunque sea de metal…
Muchas gracias por tus palabras, Ángel.
Un abrazo.
Dan ganas de saber cómo sigue el micro… Bonita y cautivadora historia. Gracias, Ana Isabel, por extraer «oro molido» de tus microrrelatos, que mes tras mes, vemos publicados. Tienes mi voto y un saludo.
Que bonitas palabras, Francisco. Eres muy amable y generoso con tu comentario.
Muchas gracias por leerme y por el voto.
Un beso grande.
Una preciosa historia de amor con el final que debe tener una preciosa historia de amor. Si no, no merecería la pena escribir sobre el amor. Grandísimo relato, Ana Isabel, me encantan esos besos que sabor a mercurio que terminan envenenando. Enhorabuena, mi voto y un abrazo
Muchas gracias por tu apoyo, Nicolás.
Las historias de amor nos dan infinitas posibilidades a la hora de escribir. En este caso los protagonistas no acaban comiendo perdices, jejejeje.
Un fuerte abrazo.
Enhorabuena Ana Isabel por esta historia de amor y desamor contaminado. No me extraña que tu relato haya sido seleccionado, esté en cabeza de los más votados por ahora, y opte a ser el ganador de este mes. Suerte, mi voto y saludos.
Hola, José Manuel. Me alegra que te guste mi relato. Muchas gracias por comentar y por tu voto.
Un abrazo.
Buenas noches, Ana Isabel. Dando un repaso a los relatos de este mes me he dado cuenta que mi voto no estaba contabilizado, yo juraría que el día 6 del presente mes te envié mi voto y mi comentario, pero al parecer el voto se había quedado en el tintero. Así que el voto perdido ha quedado repuesto.
Y hoy, día 26 de octubre, repito lo que te comenté el día 6: No me extraña que por ahora sea el más votado y opte a ser el ganador del mes.
Saludos de nuevo y perdón por el despiste.
No tienes que disculparte, José Manuel. Ni me había dado cuenta ; pero me gusta tu honestidad y aprovecho para reiterarte mi agradecimiento.
Espero que volvamos a encontrarnos por aquí en la próxima edición.
Un fuerte abrazo.
Hola Ana Isabel, como ya te dije en días anteriores, presentía que tu relato sería el más votado de este mes y optaba a ser el ganador del jurado. Lo que no sabía era que habías sido la ganadora del mes de septiembre, acabo de verlo en la página del Consejo de la Abogacía. Lo que no entiendo es por qué no aparece aquí todavía.
Así que tengo que felicitarte doblemente, por «Doña Escombros» y por «Relación tóxica».
Enhorabuena y saludos desde Morón de la Frontera.
Desde luego, a originalidad, insuperable. Tienes mi voto, Ana. Mucha suerte.
Muchas gracias, Juan Alberto.
También te deseo suerte con tu micro, y te envío un abrazo .
Ana… a pesar de lo triste de la situación que vive tu protagonista, tiene un punto de ironía lo de la intoxicación por metales pesados…. muy ingenioso!!!
Me ha gustado, sí señora!!!
Te mando un abrazo y mi voto!!!
Marta
Me alegra que te guste, Marta. Muchas gracias por el comentario y el voto.
Un abrazo también para tí.
No exagero si digo que este relato está en el top de los que tengo leído.
Muchísima suerte, te dejo mi voto, ya que no pueden ser más… ¡Un besito!
Los votos siempre son bienvenidos, pero lo más satisfactorio es que la gente que lo lea me dedique palabras tan bonitas.
Muchas gracias por ambas cosas.
Un beso sin mercurio, ni plomo… pero con mucho cariño.
Y el doctor siempre tiene razón… Original relato que atrapa desde ese jersey tejido a mano que nos lleva a tiempos pretéritos. Te voto y te deseo suerte. Un abrazo.
El doctor tiene razón…casi siempre, jeje. Y algunos pacientes son un poco complicados.
Muchas gracias, Maribel. Tu relato me ha encantado.
Un abrazo fuerte.
Menuda historia tan fascinante.
Suerte
Muchas gracias, Towanda.
Un abrazo enorme.
Ana, Tu microrelato me deja un sabor así como almendras amargas, como dicen que sabe el arsénico. Mi voto.
Para contrarrestar los efectos del arsénico te invito a venir a mi tierra y disfrutar de una mariscada. No hay nada que no cure una buena centolla, jejejeje.
Gracias, Manuel. Un abrazo.
Ana Isabel, hay amores que matan… Muy chula tu historia.
Mucha suerte y mi voto para el amor.
Besos apretados.
Muchas gracias, Pilar. Aprovecho para felicitarte por tu Santo, un poco adelantado, jeje. Un beso enorme.
Bueno, tu impactante historia de amor tenía que terminar así, de forma dramática, provocado por los besos de mercurio. Pero ya te digo que si la hubieses acabado con la famosa comilona de perdices, igual habrían acabado intoxicados de plomo, que no sé cual es peor.
Felicidades y va de camino el voto y la admiración por como escribes.
Muy ingenioso tu comentario, Guillermo, jeje.
Agradezco tu voto y sobretodo tu amabilidad y las bonitas palabras que me dedicas. Muchísimas gracias y un beso enorme.
Preciosa historia, Ana Isabel, tan romántica y con su gracejo al final. Me encanta.
Suerte y mi voto.
Muchas gracias, Ana María. Suerte para tí también. Un abrazo.
Original y reivindicativo. Dos buenos ingredientes para un buen resultado.
Mi voto con un abrazo muy ligero.
Muchas gracias, Lola, por tu comentario y tu voto.
Recibo encantada tu abrazo ligero, jeje… Y yo te envío un beso enorme, sano y sin residuos químicos. Garantizado.
El pobre está intoxicado hasta las trancas.
¡Genial, Ana Isabel!
» Intoxicado hasta las trancas» describe a la perfección el estado de mi abogado, jeje. Esto ya no hay doctor que lo cure…
Muchas gracias, Margarita. Un beso grande.
Está claro que el desamor es peor que una intoxicación…
Me ha encantado tu microrrelato, Ana Isabel. Muy bien narrado y con imágenes muy potentes.
Mucha suerte.
Mi voto y un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras y tu voto, Gabriel. Eres muy amable con tu comentario.
Un beso.
Mucha suerte, cualquier historia sobre románticos inoportunos siempre merecerá mi voto.
Gracias, Ulpi. Los amores tóxicos también tienen cierto atractivo, ¿Verdad?.
Un fuerte abrazo.
Muy buen relato, Ana!
Mi enhorabuena y mi voto!
Un saludo
Muchas gracias por el apoyo, Lara.
Un abrazo.
Extraordinario relato. Suscribo los comentarios de los demás. Saludos
¡Ángel, como echo de menos tus relatos!. Es un honor recibir un comentario de alguien a quien admiro. Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Enorme micro (valga el oxímoron), Ana Isabel.
Perfecto.
Los metales, efectivamente, pueden ser letales (¿lemetales?). Incluso el oro. Que se lo digan al rey Midas.
Mi voto, y un abrazo libre de metales.
Tu comentario sí que es una joya Manuel. ¡ Me encanta, jeje!.
Muchas gracias por el voto y por tus palabras.
Y , como decimos en mi tierra,»un biquiño» para tí.