INGRATA
Guillermo María Amate Sanchez Amate Sanchez · LORCAConvencer a mi abogado para que redactara la carta en los términos que yo quería para preservar mi integridad moral me ha costado, pero a entregársela en mano a su destinataria se ha negado en redondo:
– Paso. Demasiado riesgo-, dijo.
Por eso, a su amabilidad confío el que se la haga llegar. Y cuando la vea, dígale que gracias por todo, que vuelvo a mi vida honrada de antes, que se acabaron para siempre los hurtos en supermercados, el destrozo del mobiliario urbano, quemar fábricas de tejido y todas las locuras que cometí para hacerme visible y se fijara en mí, pero que uno tiene su alma y su armario y que si ella quiere distancia, distancia tendrá.
Y como deseo acabar bien nuestra historia envíele también, señor oficial, por favor, estas flores a su nuevo destino, con esta nota anónima:
“A su señoría, de su rehabilitado enamorado”.