Imagen de perfilEl Sr. Esmog

RAMES JANDALI FEU · CABANILLAS DE LA SIERRA 

El esmog se hacía cada vez más denso y visible. Lo que en principio se tradujo como riesgo moderado acabó en catástrofe. Era como un tejido que lo cubría todo.
Cuando Héctor llamó a la puerta de su vecino, el abogado Silim, este quedó sorprendido por la petición que le hacía aquel niño: quería denunciar a los gobernantes por no tomar medidas para preservar la salud y la vida y quería ver encerrado al tal “Señor Esmog”, por considerarlos responsables de tantas muertes.
El primer paso estaba dado.
El día del juicio, Josep de Silim apretó la mano de su pequeño cliente antes de entrar a la sala y ambos intercambiaron una sonrisa.
Se consiguió la redacción de una nueva ley integral para preservar la vida y la naturaleza.
Para el Sr. Esmog, que se había esfumado la noche anterior al juicio, se decretó orden internacional de búsqueda y captura.

 

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