Imagen de perfilMise en place judicial

Luis Hernández Sánchez 

Me esforcé mucho. Tuve que leer, escribir, volver a releer y corregir mis alegatos. Era mi primer caso y debía pulirlo bien. Me armé de valor al entrar en la sala del tribunal. El juicio comenzó rápido. La educación del letrado dejaba mucho que protestar, pero no me daba tiempo. Se notó mi mano de novato cuando protesté frente al juez por falta de equidad de partes. La negativa del tribunal fue abrumadora. Pero no me rendí. Antes de que Su Señoría diera el mazazo final, ejecuté un movimiento innovador que dejó a toda la sala en silencio. Todos me miraban con intriga. Con fascinante respeto. Dejé al letrado contrario sin nada que refutar. Me di cuenta de que aún estaba solo en la sala. Observé el reloj, nervioso. Pronto llegarían el letrado, las partes, el juez y el personal de justicia. Tengo la mise en place preparada para ganar.

 

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