Imagen de perfilMariano, Alberto y el sexo de los pollos

Mikel Aboitiz 

En el cole del pueblo nos confundían. Alberto y Mariano. Mariano y Alberto. Hasta que él (Mariano) se mudó a la ciudad y quedamos sin poder retomar el contacto. No había correo electrónico y la tarifa telefónica era… Bueno, ¡que quisimos perdernos la pista! No nos queríamos demasiado. Pero hace cosa de un año la vida demostró estar sazonada con la especia de la sorpresa pues yo, literato de afición, hallé su foto en el periódico bajo el titular: «Abogado penalista gana VIII concurso literario de microrrelatos «diferencias mínimas»». Comparé nuestras ropas de trabajo, su elegante traje tres piezas con corbata frente a mi peto y mascarilla de sexador de pollos de un parecido asombroso a Mariano, excelso miembro del Colegio de Abogados de Madrid, ganador del certamen. No le envidio el tres piezas ni la carrera jurídica, pero nunca le perdonaré que ganara con su microrrelato «Mi doble odiado».

 

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