Imagen de perfilUn futuro diferente para Lucila

Eliana CherubiniS. · Caracas Venezuela 

Esa tarde en el Juzgado, sentada, con la mirada fija en el piso, estaba una niña que movía sus pies en señal de impaciencia. Una funcionaria le preguntó su nombre, “Lucila”, dijo. Nunca conoció a su padre, vivía con su madre en los suburbios de la capital, donde un día la violencia machista segó su vida. Confundida y aterrada, Lucila corrió pidiendo auxilio en aquellas calles llenas de indiferencia. La prensa tituló, “mujer extranjera fue asesinada por su pareja, frente a su hija”. Una vecina le brindó apoyo pocos meses; alianzas diplomáticas intentaron cooperar ubicando familiares, sin éxito. Finalmente, ingresó a una Institución, donde sufría constantes agresiones. Todo con solo 13 años. La amistad y la solidaridad no saben argumentos jurídicos. Francesca, su amiga del colegio, huérfana de madre, con la ilusión de fortalecer la esperanza en Lucila, pidió a su papá: “tráela con nosotros”. La justicia tenía la palabra.

 

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