CUÑA DE LA MISMA MADERA
Enrique Ramos Bujalance Manuel, que era Mohamed cuando llegó en cayuco a España hace veinticinco años, prosperó y terminó estableciendo un reputado despacho de abogados. Sin embargo, balizó su recorrido profesional por derroteros imprevistos. Con el apoyo inicial de un grupo radical se embarcó en una alianza anti-inmigrantes que perseguía a los que ahora pretendían construirse un futuro, como él mismo hizo en su momento.
–¿Solidaridad?. Ridículo concepto falsamente compasivo. ¿Cooperar con los ilegales?. Es perjudicarles al hacerles creer en la sopa boba.
Manuel ha abrazado un liberalismo extremo y no desea fortalecer los ideales imposibles de sus paisanos ingenuos.
Hace unos días recibió un mensaje inesperado que le obligó a salir precipitadamente hacia el Estrecho. Identificó el cadáver de su hermano pequeño en un galpón miserable. Said también soñaba con construirse un futuro como abogado.
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Una triste historia que refleja desgraciadamente un aspecto del ser humano: la ley del embudo.Mi voto.
Agradecido Juan Manuel por tu amable comentario. Saludos.
Existen dos grandes defectos en los seres humanos que, superados, supondrían un avance significativo en la evolución: la memoria y la empatía, aspectos ambos de los que tu protagonista carece. Tal vez se haya percatado de su error finalmente, pero tarde. Tal vez la conmoción final cambie esa intransigencia.
Buena historia y hermoso título.
Un saludo y suerte, Enrique
Saludos para Angel Saiz y gracias por tus comentarios. En especial por tu referencia al título que a veces es mas complicado que el texto mismo..
Hay un refrán que dice » ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió» Mi voto. Suerte.
Bien traido a escena el refrán. Ya lo creo. Gracias y saludos, Angel.
Muy bueno, Enrique.
Si olvidamos de dónde venimos ¿hacia dónde vamos?
Saludos y mi voto.
En efecto , asi es. Gracias y saludos.
Todos conocemos a algún Manuel, por desgracia. Mi voto!
Agradecido y saludos.