Imagen de perfilJuicio paralelo

Vicente Campillo Pereda 

Siempre había sido considerado por sus allegados lo más parecido a un héroe en su profesión. Aunque la abogacía no sea, a priori, una profesión peligrosa, desde que anunció su defensa por un supuesto violador pudo comprobar cómo se había convertido en un enemigo para sus seres queridos. Ellos podían sentenciar un juicio sobre su persona y obligarle a cumplir una pena que creía no merecer. Intentó pedir la cautelar a su mujer, pero su voz parecía un fantasma que no merecía credibilidad…como si sus palabras estuviesen destinadas al glosario de un libro maldito.

Salió a la calle para tomar el aire. Observó cómo las miradas de los transeúntes eran balas directas a su conciencia. No fue el frío de la noche lo que le dejó helado, sino el conflicto interior que surgió ante la beligerancia ética. Tras unos minutos dudando, supo que haría lo correcto.

 

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