Imagen de perfilDefensora de las flores

Nieves Prieto Lavin 

Mi vocación siempre fue la de estar del lado de los más desfavorecidos. Así, tras licenciarme, me inscribí en el turno de oficio.
Un caso inesperado dio un giro a mi carrera como un calcetín: fue una adelfa rosa, acusada de homicidio imprudente en piscina por ingesta de un menor. La salvé de la poda y exterminio de la urbanización acreditando la negligencia de los progenitores. También me vi en la tesitura de representar a un cactus acusado de falta de lesiones al que defendí basándome en lo beneficioso de su existencia para la reducción de ondas electromagnéticas. Después una familia de plantas carnívoras fue absuelta por lo consuetudinario de la plantación en la zona. Y un largo etcétera.
La especialización y la claridad argumental, no dar nunca un caso por perdido, son las claves del éxito en la profesión.
Por cierto, no os lo he dicho: me llamo Alicia.

 

+39

 

Queremos saber tu opinión

7 comentarios