Imagen de perfilSEDUCCIÓN

Yolanda Andrés Gómez 

Un traje sastre y unas perlas le dotaron de un elegante aspecto; los tacones eran una tortura. Mientras esperaba recordó sus años en el colegio, su graduación, sus comienzos en el despacho de aquel abogado que le manoseaba y echaba el aliento sobre su nuca antes de ir a juicios a escuchar declarar. Sintió una punzada en el estómago acompañada de una arcada. Sorbió un poco de agua, aunque realmente deseaba un whisky. Había regresado a su ciudad natal. Averiguó su dirección y solicitó una entrevista. Allí estaba aguardando a que la llamara por su nuevo nombre. Al fin la puerta se abrió. Se encontraron frente a frente. No la reconoció; el engaño había resultado un éxito. Sintió en su muslo la frialdad del estilete sujeto con uno de los ligueros. De él se apoderó un escalofrío. De ella, una maléfica sensación de bienestar.

 

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