Gladiadores

Antonio Jesús Molina Fernández · Granada 

En este mundo hay dos tipos de abogados: los que huelen la sangre en cada caso, en cada informe, en cada recurso y deciden atacar como los gladiadores en la arena, pidiendo la cabeza de su adversario, sin acritud, por pura profesionalidad hacia sus clientes, sin juzgarlos de antemano, porque todos merecemos una defensa digna, la mejor posible; y están los que evitan la pelea, trabajando por una condena menor, haciendo que, ante la mínima duda, su defendido se declare culpable para rebajarle la pena y así encontrar una excusa moral con la que enfrentarse a la prueba del espejo. Terminé de leer el expediente del tipejo que tenía delante y me asusté. Le miré a los ojos, le enseñé la maqueta del Coliseo de Roma que tengo en la mesa del despacho y le sonreí: – Le juro por Dios que estoy oliendo a sangre en este mismo momento.

 

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