La primera lección
José Ignacio Juárez Chicote«Ser abogado es profesión y oficio. La defensa de un caso, cuando es justo, se convierte en obsesión. Ganarlo -alcanzar con ello la justicia- es un privilegio gratuíto y mayúsculo, algo que hace que el hombre se acerque a la condición divina». Acababa de cumplir los dieciocho cuando lo escuché atemorizado desde la segunda fila del Aula Magna. Entonces no lo entendí. Luego vinieron años de mucho estudio, de ilusiones grandes, de algunos desencantos. El optimismo daba el turno al desánimo, y éste a la esperanza, a la confianza en el trabajo constante y bien hecho. Muchas veces he vuelto mentalmente a aquella primera clase. Si en estos años algo me ha mantenido en pie, ha sido la fe inquebrantable en que el Derecho encierra en su esencia lo mejor del alma humana. Así, como decía Miguel ¡µngel, nuestro trabajo es fácil: se trata sólo de quitar lo que estorba.