La magistrada deportista

Mayte González-Mozos · Toledo 

La última persona que se hizo tres propósitos fue mi abuela. El 7 de enero se dispuso a cumplirlos y tras el esfuerzo de sus agrietados talones superó el kilómetro y medio, saliéndose del recorrido del colesterol. La Unidad de Vigilancia del Ministerio de los Límites Personales la detuvo, haciéndola volver sobre sus pasos. En consecuencia tuvo que pagar una considerable minuta para quedar absuelta. La pobre yaya, pese a su antig¡edad la cabeza le rige, y sigue viniendo al bufete cada día. Desordena legajos, estira la toga de mi padre, se interesa por algún proceso, pero vive en su mundo; sorda como una tapia. Todos los demás sabíamos que el recién estrenado Ministerio de Trabajo y Rendimiento, ya había promulgado licitar dos únicos propósitos a partir del Año Nuevo: Trabajar y dormir.

 

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