LA LICITACION
KALTON BRUHL · HONDURASDe pronto, el arqueólogo, sintió que la cabeza se le llenaba de espuma. Había entrado a aquella tienda de antig¡edades en Bagdad sin mucha convicción y, ahora, tenía frente a él una tabilla de arcilla que parecía mencionar al rey Nimrod. Pagó por ella y corrió hacia el hotel, como si tuviera a las mismísimas hordas del infierno pisándole los talones. Examinó la tablilla y confirmó sus sospechas. Tras muchos esfuerzos descifró las siguientes palabras. Era la minuta de un abogado cobrando sus honorarios por haber detenido la construcción de una obra pública. Continuó leyendo y estuvo a punto de sufrir un infarto. No hubo tal confusión de lenguas, murmuró asombrado, sino que todo se paralizó porque un abogado había demostrado que la edificación de la torre de Babel se había iniciado sin licitar.