Desde la antigüedad
Alejandra Rusell Giráldez · TUI, PONTEVEDRACon la cabeza en otro sitio, atiendo la llamada de mi fiel secretaria. Me confirma que el talón no tiene fondos, más de lo mismo, pienso, mientras firmo distraído una minuta, muy por encima de las posibilidades de mi cliente. Cojo la gabardina y el paraguas del perchero y con paso firme, decido poner en marcha lo que me viene rondando desde hace meses. No debo echar la vista atrás,aunque siento cierta desazón, lo admito, pero hay que ser honesto con uno mismo. Sin más preámbulos me dispongo a licitar la explotación de un pequeño kiosco en el Retiro, pero antes recojo en la imprenta el cartel de «se traspasa negocio».