ABUELO Y MAESTRO

Eva María CARDONA GUASCH · Ibiza 

Tengo fama de abogado audaz. Defiendo sin tregua ni concesiones los intereses de mis clientes. Soy decano de los letrados de mi ciudad. Al menos, tengo edad para serlo. Por primera vez siento inquietud. Mi nieta continuará los pasos que su padre no quiso seguir. Ella ha estudiado aquí y en el extranjero, en español y en inglés; con libros y computadoras; una carrera y dos másters. Dudo. Temo no estar a la altura de abuelo ni de maestro. ¿Qué le podré aportar? Para empezar, he de hacerle sitio en el despacho. Se impone limpieza de papeles y cachivaches que vanamente he guardado bajo candado. Desempolvo objetos que clientes de otro tiempo me brindaron en pago de alguna deuda. Algunos me resultan trastos tan empalagosos como inútiles. Suspiro, sonrío. Caigo en la cuenta de lo primero que debo enseñar a mi nieta: a cobrar.

 

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