EN MI PROPIA PIEL
MONICA CRISTOBAL ALVAREZEl abogado hace a menudo labores administrativas tediosas. Por eso estaba ayer, en la fila de acceso al registro, para preguntar por un litigio.
En la cola, además de profesionales, había denunciantes y denunciados de a pie.
El de delante me preguntó, seguramente por mi aspecto, si podía pactar en un delito de robo. Yo, por ser afable, le indiqué varias opciones. El de detrás aprovechó para contarme que había denunciado al gobierno, por si le tocaba estar en la mesa electoral en las elecciones, ya que tenía contratadas sus vacaciones. Y también le asesoré.
Cuando accedí a la ventanilla, satisfecha con aportar en cualquier lugar mi granito de arena jurídico, abrí mi bolso para enseñar mi carnet y me di cuenta. No estaba el monedero. En la fila tampoco estaba el denunciante del gobierno.
Y, por primera vez, sentí en mi propia piel la inseguridad jurídica en sede judicial…
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Inseguridad jurídica en sede judicial puede resultar un oxímoron, pero no es más que subrayar algo muy muy común que sucede en todas partes a todas horas. Muy buena historia. Te doy, con total seguridad, mi voto y un abrazo.
Muchas gracias Juan Manuel!!!
Todos los días siento esa inseguridad en sala…
Lo ocurrido fue real. Hace dos lunes, en Plaza de Castilla. Al principio me enfadé y luego pensé ¿y si escribo un microrrelato? Y se me pasó el globo.
Un abrazo y gracias
Buen relato Mónica, tan real como la vida misma, hay que tener siete ojos con los carteristas. Mi voto y un saludo.