Misterio por resolver

MARIA ANTONIA COBOS AVILES · DAMPIERRE SOUS BOUHY 

El día de mi 30 cumpleaños, salí a la calle asumiendo con ansiedad que mi juventud declinaba irremisiblemente. Algo contundente cayó sobre mi cabeza en ese momento. Grité de dolor e instintivamente me eché para atrás, llevándome la mano a la sangrante herida. Levanté la mirada por si caía algo más y me dispuse acto seguido a descubrir lo que me había descalabrado. ¡El candado de mi caja fuerte abierto! Mi tóxico olfato de detective resolvió el caso ipso facto. Además, la instrucción del caso sería facilísima y el juicio que se celebraría en su tiempo llevaría con seguridad a prisión al ladrón que había abierto el candado y estaría robando mis bienes. Avisé a la policía inmediatamente denunciando el robo. Cuando entraron en el piso, todo seguía como yo lo había dejado, incluyendo mi caja fuerte. ¡¨De dónde habría caído el candado agresor?

 

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