UN SOPLO DE OPTIMISMO

Cristina Cobo Santiago · Madrid 

La batalla judicial estaba servida. El pueblo contra el Estado. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria sirvió como disculpa para elevar la presión fiscal sobre la ciudadanía. Hacía falta un cambio en el modus vivendi, y muchas personas recurrieron al campo, un retorno obligado al pasado, volvíamos a vivir de lo que la tierra producía. La investigación descubrió que la remolacha era un eficaz anticancerígeno, y esto la catapultó como producto estrella. El país mejoró todos los indicadores económicos, la crisis era historia. Ahora, el actual gobierno pretendía gravar la producción agrícola con un nuevo impuesto, para sufragar dietas y prebendas de la clase política, suprimidas en 2013, año en que comenzó la recuperación española. Parecía como si nada hubiera cambiado, ahora se lucharía en la instancia judicial contra una decisión injusta, pero en 2017 el sistema se había regenerado, los jueces estaban despolitizados y ya no había tasas judiciales.

 

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