TRADICIÓN FAMILIAR

Yolanda Martínez Carqués · San Agustín de Guadalix (Madrid) 

Solo hay una cosa que tenía clara: no quería ser abogado. Así que un día de Navidad, le expuse a mi padre delante de toda la familia como testigos y de aquel bogavante que me miraba impertérrito con sus antenas, mi decisión de no seguir la tradición familiar. Mi padre alegó lo que tuvo por conveniente. Le superaba que el último vástago de la saga familiar acabara de camarero o azafato. Consideraba que la carrera militar podría ser una alternativa, al menos podría llegar a sargento. Ya han pasado quince años de aquello, y lo cierto es que cada vez que tengo una audiencia, no puedo dejar de pensar en aquel bogavante, en lo pasajero de las ideas de juventud, y en que mi padre ganó aquel pleito. Pero sería el último, a partir de entonces me tocaría a mí, ¡qué demonios! yo también era un verdadero jurista.

 

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