SOBRE LAS MEDIAS VERDADES

GABRIEL BALBASTRE PÉREZ · BARCELONA 

En fin, era uno más de los miles de expedientes de disciplina urbanística que pululan por los ayuntamientos de este país. Promovidos en parte por este carácter tan español de “yo en mi casa hago lo que me sale del arco del vaquero”. Así me lo había manifestado mi cliente, cuya desobediencia sobre varias órdenes de demolición recibidas había quedado más que acreditada. –Yo tengo que procurarle a mis niño alimento y una casa y estos desgraciaos no van impedirlo. Según juraba y perjuraba había ido al ayuntamiento y le habían concedido licencia para construir una segunda planta. Creía en mí una suerte de brujo que obraría el milagro de frenar todo aquello. Y allí estaba yo, en el departamento de licencias urbanísticas, analizando un expediente cuyo primer documento era la simple comunicación de obra menor sin licencia que había presentado mi cliente para, textualmente, “canviar el tejao”.

 

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