QUIEN TUVO RETUVO

Sagrario Loinaz Huarte · Madrid 

En el ocaso de su vida Don Laureano, abogado y accionista de una empresa familiar, perdió la titularidad cuando unos hombres vestidos de blanco se lo llevaron. Desde entonces, ocupa el lugar preferente cuando después de comer escucha las quejas de sus compañeros que se arremolinan junto a él. Entre el jolgorio de los internos y las caras de asombro de sus cuidadores, Don Laureano toma buena nota: …me apagan la luz muy pronto… el agua de la ducha sale muy fría… las sábanas están muy ásperas… Acto seguido entrega los apuntes al director. -Muy bien Don Laureano, tomaré cartas en el asunto. Laureano, que dedicó toda su vida a la justicia, regresa feliz junto a sus compañeros. Siempre dijo que los locos también necesitan un abogado. ¿…?

 

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