Juicios paralelos

Carlota Alonso Rodríguez · Las Rozas (Madrid) 

Cuando la película terminó, sintió un enorme desasosiego ante la historia que sus ojos acababan de presenciar. Siempre que veía algún filme norteamericano sobre aquellos juicios épicos, la misma sensación se apoderaba de él. Los abogados protagonistas eran de una belleza extraordinaria y de una extrema agresividad, su verborrea innata era capaz de deslumbrar al jurado más hermético, y sus argumentos irrebatibles siempre conseguían salvar el honor de algún accionista mayoritario entrado en carnes y años, cuyo imperio se encontraba ya en un ocaso irreparable. Eso sí, el metraje acababa con un impresionante jolgorio?Unos copazos para celebrar la victoria jamás faltaban, ni tampoco una rubia arrebatadora. Ahora le tocaba olvidar por un rato el sueño americano, la titularidad de su cliente sobre una preferente de Bankia le esperaba sobre la mesa. A él, que siempre quiso ir a L.A.

 

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