El gozo
Eduardo Rivera Gómez-Arevalillo · JaénSoy abogado y gozo al escribir. Preparo los asuntos, y disfruto, cuidando como a un bebé mis obras, en persecución del texto bello, preciso, equilibrado, que resulte muy ameno y atractivo. Lo bueno, además de la justicia o el lucro que consiga, es que tengo al menos dos lectores obligados; lo malo, que concluido el proceso, esos textos ya no sirven, y se olvidan… Sin embargo, con vocación de permanencia, robando tiempo al sueño y al descanso, rodeado de mis pleitos, he ido escribiendo una novela: “Espejo”, que envié a un concurso literario. Van a decir los ganadores por la radio. ¡Vaya!, llaman del Juzgado. Que no saben qué hacer con el escrito que presenté, titulado “Espejo”… ¡Qué desastre!… ¿qué pasó con la demanda?. Dan los ganadores por la radio: es mi nombre, ¡ganador!, por la obra titulada: “Al Juzgado de lo Social de Madrid que por turno corresponda”