CUESTIÓN DE TIEMPO

Sagrario Loinaz Huarte · ARANJUEZ (MADRID) 

La noche recoge su manta nocturna para dar paso a las primeras luces del alba. Antonio, procurando no hacer ruido, se dirige al salón para coger la toga y el cartapacio. Regresa a su habitación. Entre el silencio de las paredes pueden escucharse los latidos de su corazón. Está nervioso ¡no es para menos! ser juez es algo grandioso e inefable. Se viste lentamente; las piernas le tiemblan, las manos le sudan como a los recolectores de remolacha de su pueblo. Se mira en el espejo y éste le devuelve la imagen de una cara adormecida y una toga amplia ¿Me falta altura o me sobran tallas? se dice a sí mismo. Antonio sonríe ¡el espejo no sabe de ilusiones! Su concentración es interrumpida por unas voces: ¡OTRA VEZ! ¡NIÑO, VETE A LA CAMA Y QUÍTATE LA TOGA DE TU ABUELO! Instancia de la disculpa: aceptada.

 

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