CRECIMIENTO PERSONAL

Pilar Clemente · Barcelona 

Desconfiaba de los abogados, por eso mi profesor de crecimiento personal, después de esgrimir un sinfín de argumentos, me guiñó un ojo y me dijo: frecuéntelos, si quiere crecer tiene que saltar ese muro. Y así lo hice, en medio de un mar de recelo caminé hacia el juzgado de instrucción y me senté en el bar de enfrente a estudiar el trajín de aquellos cuervos. Tras un mes tomando café en la barra, conocía el nombre y apellido de los imputados, los acuerdos entre letrados, las sentencias antes de que se dictaran, quién hacía vacaciones en agost& Suficiente para saltar el muro, me dije, así que cuando recibí la factura de la academia de crecimiento personal me acogí al derecho de desistimiento, sin pestañear.

 

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