Clin, clin, clin, caja…

Rut Santa Teresa Roncero · Valladolid 

El demacrado aspecto que presentaba el cadáver parecía indicar que la causa de la muerte había sido una sobredosis…, pero de qué. ¿fármacos? No, ¡Avaricia!. Antes que la renuncia a un solo asunto y con ella a un céntimo, la vida. Esa máxima llevada al delirio, lo había llevado semanas antes, a encerrarse en el despacho trabajando a destajo sin tiempo para todo lo que no fuera trabajar y facturar, lo que unido a la falta de descanso y alimento, resultó letal. Llevado por el agotamiento cometió un error de cálculo; cuando detectó que el mismo le había privado de varios miles de euros, le sobrevino el colapso, y aun cuando pudo llegar hasta el teléfono y marcar el número de emergencias pidiendo auxilio, la rápida asistencia de los servicios de urgencia sólo pudieron certificar su fallecimiento.

 

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