SUCESIONES DE DERECHO
Isidoro Sánchez TorresDeseaba que alguno de sus descendientes fuese abogado, como él, pero no logró comunicar su entusiasmo a ninguno de sus vástagos. Decepcionado, los castigó en su testamento con un críptico mensaje conteniendo la pista de su legendario tesoro: «En el descanso ancestral, un letrado lo hallará», rezaba. Tras incontables análisis, nadie lo había descifrado.
La competencia por dar con el legado fue despiadada. Pusieron la casa familiar y el despacho patas arriba, pero fue inútil. El tesoro se resistía mientras mis tíos y primos se enemistaban y maldecían al abuelo. Sólo yo lo admiraba y ello me determinó a estudiar Derecho y ser abogada.
Me apadrinó el más joven de sus pasantes, un notario ya retirado que, al colegiarme, me regaló una pequeña urna:
—Son las cenizas de tu abuela. Él quería que las arrojases en este lugar —dijo señalando la equis y unas coordenadas escritas en un ajado mapa.
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Me ha parecido muy justo que el tesoro sea para la persona que de verdad se lo merece. Buen relato Isidoro.
Te deseo mucha suerte. Te dejo mi voto.
Besos.
Muchísimas gracias, Pilar.
Es que los verdaderos tesoros te encuentran sin que los busques.
Besos.
Isidoro, me ha encantado tu relato. Siempre, aquel que actua con dignidad recibe su recompensa.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Un abrazo.
Gracias, compañero.
La suerte suele ser el resultado de buenas elecciones.
Ahí va mi voto, Isidoro! No lo había leído aún. Esa nieta abogada ha tenido mucha suerte, jeje. Feliz fin de semana.
Suerte merecida, claro está!
Gracias, Eva. Yo aún sueño con que esta profesión me depare algo parecido. Ja ja
Suerte para ti también.
Te devuelvo el voto y no por aquello bíblico de diente por diente, sino por el regusto a pata de palo que transmite tu historia. Suerte.
Era un abogado un poco pirata, ja ja.
Gracias y suerte.
Hola, Isidoro.
A veces los deseos distan tanto de la realidad.
Me gusta mucho tu apuesta para este mes.
Suerte, microrrelatista.
Un abrazo y un voto más.
Gracias, Towanda.
Totalmente cierto tu comentario en nuestra preciosa e ingrata profesión.
Un abrazo.
Dos tesoros encontró la nieta. El señalado con una equis y el derecho. Suerte y mi voto
Gracias por el voto, paisano. Si no fuera por algunas cositas, el Derecho sí sería un tesoro.
Ojalá fuese real este dicho: “quien tiene un abogado, tiene un tesoro”.
Suerte, Isidoro.
Gracias, Manuel. Yo sigo esperando que me llegue algún día un caso de tesoro de los que regula el Código Civil. La pena es la posterior lucha con Hacienda.
Un abrazo