ALEGATO
Margarita del BrezoAcreditadas investigaciones demuestran que un alto porcentaje de jóvenes eligen sus estudios mediatizados por las series del momento. No es de extrañar, pues, la pandemia de médicos y abogados que abarrotan actualmente nuestras calles en busca de empleo. Pero lo suyo, lejos de ser vocacional, no es más que una mera mutación en el ADN producida por la repetida exposición a los rayos catódicos emitidos desde las entrañas del televisor. Esto es intolerable para el prestigio de una profesión como la nuestra que siempre se ha caracterizado por su afán de servicio a la sociedad.
En aras de solventar estos problemas, y los que acarrearán las próximas generaciones, que, permítame la expresión, Señoría, pintan fatal, solicito darles un buen meneo a las cadenas y condenarlas a sustituir sus series, y muy especialmente las de vampiros, lobeznos y mutantes, por Verano azul y La casa de la pradera.
+35
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Secundo la moción, y Furia y Colombo. !Muy buen relato !
No tuvimos tantas series como ahora, pero aquí estamos, recordándolas con una sonrisa. Gracias, litispendiente. Un saludo.
Hola, Margarita.
Excelente alegato. Es cierto lo que dices y quizá sea la explicación de tantos profesionales, jajaja.
Qué bien escribes y cuánto me has hecho recordar aquella Casa de la pradera. Ya tengo una edad y me gustaba de niña.
Un abrazo gigante y suertísima.
Debemos de ser de la quinta, Towanda. La familia Ingalls era casi como una extensión de la mía y esperaba cada semana una nueva aventura, o desventura, que de todo había. En cuanto leí la palabra «pradera» no pude ver nada más allá de los lindes de la serie. En fin, que la edad siga aumentado, y los recuerdos, también.
Un beso. Suerte no necesitas.
Hola, Margarita.
Tienes razón, a este paso van a existir más abogados que clientes. En toda familia hay uno, y un cantante , y un bailarín… Hay una proliferación de arte
Ahora se estila mucho tener un abogado de cabecera, y un psiquiatra también. Somos unos auténticos artistas ;)
Gracias por tu comentario.
Un saludo
Hola, Margarita.
Tienes razón. En cada familia hay un abogado, y un cantante y un bailarín. Y la tele, tela. Exceso de arte, como lo tiene tu microrrelato. El alegato está fundado. Su Señoría va a encontrarlo de justicia, con toda seguridad.
Besos.
Pues sí, tela, pero tela. Espero que Su Señoría tenga a bien…
Besos
La influencia de los medios, en especial de la televisión, no es ninguna broma, pero tú has sabido tratar un tema tan serio con tu buen humor creativo.
Un abrazo, Margarita
Intento que no falte el humor, aunque a veces se me va la mano con la ironía.
Gracias, Ángel.
Un abrazo
Genial el alegato, y veraz, Margarita.
Tú, como psicóloga, seguro que ya has constatado cuanto denuncias, con fina ironía, a través de tu orator.
Los niños carecen de programas infantiles al estilo de «Un globo, dos globos, tres globos» (letra compuesta nada menos que por Gloria Fuertes) o «Barrio Sésamo». Y en las parrillas televisivas hay demasiado «chonismo». Sería necesario dar ese buen meneo a las cadenas que propone tu abogado.
Yo aprendí mucho con la TV, como aprendí con los cromos de Bimbo o de Panrico. Todos los de mi generación. El juez y bloguero José Ramón Chaves cuenta cosas de estas en «Yo trambién sobreviví a la EGB».
Suerte, Margarita.
Tuvimos buenos programas, sin duda, y eso que escaseaban las horas de emisión y las cadenas. Y las colecciones de cromos eran «lo más», con toda la parafernalia que las rodeaba de intercambio y compraventa.
Otros tiempos, los que tocaban entonces, y supimos afinar y bailar a su ritmo. Ahora suenan otras melodías y lo importante es no perder el compás ni caerse del pentagrama. La música es un arte, y la vida también, así que…. ¡a cantar!
Muchas gracias por tu afinado comentario.
Un saludo, Manuel.
Muy bueno, Margarita.
Que así sea.
Un alegato que convence… Sobre todo al tocar la fibra emocional del jurado con esas series televisivas que nombras.
Ironía inteligente y persuasiva la que rige tu relato.
Buena y original propuesta.
Un abrazoooo
Gracias, Amparo. Espero que Su Señoría no sea demasiado joven, aunque, bueno, con las reposiciones de entonces y el «youtube» de ahora no creo que exista peligro de desconocimiento.
Lo malo es que sea un admirador de Crepúsculo, ¿te imaginas?
Un abrazo
Madre mía Margarita. Ya tienes razón en lo que come el coco la tele a la gente. Pero ahora con las plataformas digitales, ¡se te acumula el trabajo!
Un beso.
Carme.
Ja,ja,ja, sí, está la cosa complicada. Lo bueno es que con tanta programación, y tan diversa, vamos a tener una sociedad de lo más variopinta. Creo que no va a haber estudio que pueda con ella.
Gracias por la carcajada, M.Carme.
Un beso.
Todo un alegato que bien podría ser un artículo periodístico que debería publicarse porque no le fata razón.
Muy divertido y bien escrito, felicidades.
Un abrazo
Los medios de comunicación nos manejan, o al menos lo intentan, pero también informan, entretienen y nos dan alguna pista para elegir profesión. La ironía que no falte.
Muchas gracias por tu cálido comentario.
Un abrazo.
ay, el baul de los recuerdos televisivos… Muy bien hilado, Margarita, suerte!
Karina también salía en la tele entonces :)
Muchas gracias, Hellpop.
Muy buen relato. Lo he votado. Aunque ahora hay muchísimas series, que dicen son muy buenas, no consigo engancharme a ellas. Sí que lo hice en cambio a esas que señalas en tu relato y otras más.
No sé si depende solo de las series. Supongo que la edad también es una variable importante de la que no se habla en ese estudio.
Muchas gracias por tu voto. Y por tu comentario.
Un saludo, Juan Manuel.
Relato mazo bueno!
Enhorabuena y suerte a fin de mes, Margarita.
Música celestial para mis oídos ese «golpe de mazo», Modes.
Solo queda esperar la sentencia de los jueces.
Suerte también para ti.