Turno de oficio

Miguel Ángel Blas López · Guadalajara 

“El descubrimiento de una extraña puerta en el yacimiento de Novera sorprende a los investigadores” rezaba el titular de aquella mañana. No pasó mucho tiempo hasta que comprendí lo que ocultaba. En la Audiencia Nacional, los pasillos se extendían como un laberinto y en mi despacho, una única nota sobre el escritorio con el nombre del acusado. No lo podía creer, cuando era estudiante llegué a pensar que era él quien había redactado algunas leyes. Incluso llegué a pensar que era él quien había inventado a los abogados. Tenía delante el caso más difícil de mi carrera, de la historia del derecho, ¡un sueño hecho realidad! Quizá ésta fuese una de sus triquiñuelas. Si conseguía que el veredicto fuera favorable, el mundo jamás volvería a ser el mismo. No pude rechazarlo. Era demasiado tentador pasar a la historia como el abogado del Diablo.

 

 

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