Sentencia

Julio García · Madrid 

John “Big” Sebastian había sido en sus años de gloria el rey de las asistencias en la NBA. Aunque no soy muy aficionado al baloncesto tuve que verle, por razones profesionales, en la cancha de Vista Alegre. Era una calurosa noche de mayo y se sustanciaba algo importante en la Liga ACB. El lunes siguiente, debía acompañar a John en su personación ante el juzgado por un delito de tráfico de estupefacientes. Concretamente de drogas de diseño, speed y esas cosas. Me habían dicho que arrastraba las piernas en el ocaso de su carrera. Jugó apenas unos minutos y pude apreciar que aquel juguete roto aún tenía una muñeca prodigiosa, y que a una señal suya los pívots se situaban esperando el pase magistral para encestar. El domingo leí la noticia de que le habían encontrado muerto en su apartamento. Yo no hubiera logrado una mejor sentencia.

 

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