Un buen padre

Inmaculada Montero Sola · Torremolinos (Málaga) 

«Con la diligencia de un buen padre de familia». Expresión mil veces repetida en las leyes, yo creía estar ejecutándola a la perfección desde el día mismo de mi boda. Amante esposo, primero; más tarde atento padre, dosificando disciplina y cariño en un difícil equilibrio, más intuido que aprendido, guiando a mis cachorros por los riachuelos de la vida, antes de que ésta los condujese por aguas más bravas. Ese esquema perfecto se desmembró el día en que llegó a casa el sobrino de mi mujer, un bala perdida que pretendía iniciar estudios de Derecho en nuestra ciudad. Sexo, drogas y rock&roll: inquietantemente atento a los primeros encantos de su prima; sospechosamente colega de su primo; machaconamente aficionado a exprimir el volumen de nuestro estéreo. Ahora, con mi hija embarazada y mi hijo intentando desintoxicarse, rememoro los buenos tiempos mientras decido cómo deshacerme del cadáver.

 

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