Sin perdón

Francisco Javier Romero Pareja · Melilla 

Que me pidiera “Mi súper bodorrio helénico” por “Mi gran boda griega” me hizo hasta gracia. Achaqué a su incultura cinematográfica que me preguntara si “La ley de la horca” era la segunda parte de “Liberad a Willy”. Empecé a ponerme nervioso cuando “El río”, del maestro Jean Renoir, quedó reducido en su petición a “El riachuelo”. Pero compréndalo, señor juez, no soy un simple empleado de videoclub: amo el cine, especialmente el western. Y cuando, con cara de guasa, aquel individuo me solicitó “La carroza” en lugar de “La diligencia”, no pude ya contenerme. Además, señoría, solo fueron tres dientes rotos y la nariz partida. Me limité a estamparle en la cara la carátula de “800 balas”, cuando lo que me pedía el cuerpo era habérselas disparado…

 

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