Por los pelos

Sergio Macías García · San Fernando (Cádiz) 

«¿Quién me mandará meterme en estos líos?», pensaba Ildefonso mientras atravesaba el riachuelo, empapándose el traje hasta las rodillas. Llegó al otro lado y empezó a correr, rápido como una bala. «Mi mujer me mata como llegue tarde», pensó tragando saliva al recordar a su esposa Leocadia. «Y da igual que le explique que el coche me ha dejado tirado y el móvil está sin batería». Volvió a asegurarse de que llevaba en el bolsillo interior de la chaqueta el anillo de oro de ley. Finalmente, casi ahogado por el esfuerzo, llegó a la pequeña capilla campestre donde tendría lugar la boda. Su hija, toda vestida de blanco, lo vio llegar y sonrió con diligencia. -Sabía que llegarías a tiempo- le dijo, dándole un beso en la mejilla-. Ahora dale el anillo a Alberto, y ve a oficiar la ceremonia, señor juez, que mamá te va a matar.

 

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