Yo acuso

Marcos de Miguel · Madrid 

Los juicios comienzan tarde en la Audiencia Provincial. Es lo normal. La doctrina habitual en un país de pandereta. Hoy toca desahucio. Una familia destripada, cuyo silencio desgarra el alma. Atrás quedó la última lágrima, esas reuniones con el banco que no conducen a nada y la conferencia vecinal; el tótum revolútum del todos a una como en Fuenteovejuna. Vano intento. No hay solución. Una vez más, los malnacidos que habitan en la cúspide de la pirámide seguirán comiendo pato confitado en bandeja de plata, mientras éste humilde abogado deberá ser el ejecutor de otra injusticia. Historias de cada día. Una ola de miserias y tragedias, en una mañana cualquiera.

 

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