Historia real

Cristina Hidalgo Ordás · Valladolid 

Cuando acepté su defensa no me importaba si era inocente o culpable. Soy abogado criminalista que presume de defender a todo tipo de clientes.Siempre he pensado que todo el mundo tiene derecho a tener la mejor defensa, incluso los que han cometido crímenes abominables. A este le acusan de ser el asesino del bronceador, porque sus víctimas aparecen untadas de este líquido en condiciones espeluznantes .Conseguí que saliera de la carcel bajo una fianza y que su familia le concediera la condonación de una deuda que había contraído hacía años.Pero ha sucedido algo que ha cambiado mis esquemas.No puedo seguir.Con el resumen de las pruebas que le incriminan , he decubierto algo tan cruel que me retiro.Se lo paso a mi socio. Ayer se lo he comunicado y ahora me está amenazando.No se que hacer.Estoy en peligro.Es su vida o la mia.Voy a por él.

 

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