Final con patos

Susana María Teresa Tale · Buenos Aires 

Diciembre. Última conferencia del año. ¡Qué fatiga! Necesitaba cerrar unas cuestiones académicas y descansar la lengua de tanta doctrina. Despegó el avión. Miré por la ventanilla: “La naturaleza jurídica de las nubes”, recordé. Un profesor de derecho sería un pésimo poeta. Deformación profesional. Puestos a literatos mis colegas me resultan pretenciosos y torpes. Yo ni lo intento, conservo el pudor. Trepaba mi avión con su nariz inclinada. Una bandada de aves se acopló al despegue. Mágico. Pegado a mi ventanilla volaba ese pato, tornasolado en verde y temerario. Me miró. Juro que me miró. Y en su ojo lateral percibí el brillo de la locura. Cuando se zambulló en la turbina, seguido por sus camaradas, me impregnó el desahucio. Busqué la lapicera, tensé las rodillas y escupí una lágrima. Tiempo de nada. Pero este final quise escribirlo.

 

 

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