EL CONFERENCIANTE

Joaquín Valls Arnau · Barcelona 

Hace varias semanas me inscribí para asistir a una conferencia sobre la doctrina de nuestro Tribunal Supremo en los procedimientos de desahucio. El acto estaba programado para ayer a las ocho de la tarde, en un teatro con capacidad para doscientas personas. Según mi costumbre, llegué con diez minutos de antelación y me senté en la última fila. Tratándose de un tema de rabiosa actualidad y siendo el ponente un ilustre catedrático emérito de Derecho civil, me extrañó comprobar que no había nadie más, incluso aunque fuera día de fútbol televisado. El hombre apareció en el escenario con puntualidad británica y, moviéndose como un pato mareado, miró atónito hacia la platea. Luego se dirigió cabizbajo hacia el atril y sacó del bolsillo unos papeles. Al ver que una lágrima resbalaba por su mejilla, decidí abandonar de inmediato la sala y dejar al viejo digerir su pena en soledad.

 

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