Candidatos

Rubén Gozalo Ledesma · Salamanca 

El plomo de López ya está con su cartapacio. Parece un camello allí quieto, esperándola en la esquina, con el sudor perlando su frente. Desde que María lo rechazó le ha salido un profundo socavón en el estómago, un agujero que ni su trabajo de abogado ni el alcohol consiguen mitigar. Y es que, a ella, le gustan los feos. Por eso, todos sus pretendientes hacen lo imposible por conquistar su corazón. Y lo cierto es que se esfuerzan. Se desfiguran el rostro. Se cortan la nariz, los párpados, las orejas y hasta la lengua. Los más atrevidos se prenden fuego a lo bonzo, se rocían la boca con ácido o se arrancan la piel a tiras. Verlo es todo un espectáculo, pero ninguno es lo suficientemente poco agraciado como para conquistarla. Aun así, siguen sin saber, que la verdadera fealdad está en el interior.

 

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