Imagen de perfilDescubrir lo que siempre ha estado ahí

Irene Jiménez López 

Si viajar fuese una estación, sería, sin duda, la primavera. Viajar se parece al despertar de las flores tras el frío del invierno; como quien escapa, por un momento, de la responsabilidad de la abogacía, que a veces tanto pesa, para gestar nuevas posibilidades. Viajar es abrirse a la protección que, paradójicamente, se obtiene al perderse, intencionadamente, en un lugar que nunca se ha visto. O, ¿por qué no?, viajar también es mirar, pero con otros ojos, lo que ya se conoce. Tan transversal es viajar, que puede hacerse sin desplazarse ni un kilómetro; porque viajar es ver lo que no se veía pero que, sin embargo, siempre ha estado ahí: como los nidos que hacen los pájaros en los árboles de las calles, o las flores que crecen y resisten (como los/as abogados/as) sobre el cemento de las aceras (o de los plazos que finen).

 

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