“¡Catetos!”
MARÍA DOLORES REYES MARTÍNEZ-CONRADICuando me matriculé en Derecho todos mis amigos me decían, con tonito, “loca, antigua, anacrónica”. “¡Catetos!” les respondía yo. Eso sí, siempre con la coletilla “dicho con respeto y en estrictos términos de defensa”, la frase preferida de mi padre, de profesión abogado hasta en pijama.
Supongo que mis amigos pensarían que el Derecho era sólo estudiar leyes y leyes y la verdad es que yo, en parte, también lo pensaba. Por suerte, mi profesor de Historia del Derecho I cambió pronto mi erróneo pensamiento cuando en una de sus primeras clases definió el Derecho como “una ciencia en constante transformación capaz de dar siempre soluciones eficientes a cualquier desafío por muy artificial que sea”. Y qué razón llevaba Don Justo.
Quizás el Derecho no sirva para curar enfermedades pero, como también decía mi profesor, “sin él, el Mundo sería un caos”. (“Y sin abogados más” añadiría mi padre).