Imagen de perfilTRADICIÓN CENTENARIA

Nacho Alcalá 

“…es por ello que han de desestimar vuesas mercedes la reclamación de este posadero, quien ya cobró su deuda, no sólo en mofa y escarnio, que para tales oficios le concedió la Providencia más arte que para regentar su hospedaje, sino en la escasa carne y más abundante pellejo de mi cliente, don Alonso Quijano, pues con total impunidad y auxiliado en el intercambio de golpes por gente de mala calaña y baja estofa, le asestaron tal paliza, sin darle opción ni tiempo a montar su guardia, que de no ser conocedor de las curativas propiedades del bálsamo llamado de Fierabrás, no pertenecería a este mundo el Alto Tribunal que debiera juzgar estos hechos”. Aquellas notas manuscritas, desportilladas, que se deshacían al contacto con el aire, demostraban, según mi abuelo, nuestra relación con el genial escritor, pero ese alegato fue para mí el origen de mi amor por la abogacía.

 

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