Viernes Santo

Angel Herboso Martínez · Laredo (Cantabria) 

Todo terminó un Viernes Santo, con tranquilizantes, hace cuatro años. Tú con la condicional recién estrenada asististe al último de sus silencios. Estaban sus amigas de siempre, las que en voz baja le decían que eras un pájaro de cuidado y alimentaban con rumores su sospecha. Entonces supiste el porqué de sus silencios y de sus preguntas indirectas por el despacho: «es una ONG para erradicar la pobreza del planeta», decías, y ella en silencio bajaba la vista. Un año antes cruzasteis la mirada entre los barrotes de la cárcel y no viste como se apagaba, ni sospechaste lo de los tranquilizantes. El e-mail llegó esta semana. En la iglesia de la Asunción un hombre viejo e inerte se quita el capirote bajo el Cristo Redentor, la procesión ha terminado. La noticia del fallo absolutorio, tan esperada como fría, no lo devolverá a la vida.

 

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