ROMANCE ILEGAL

Nélida Leal Rodríguez · Cádiz 

Me pediste socorro desde las profundidades del mar porque, con la resaca, el baño nocturno que te diste tras la juerga de tu graduación casi provocó que saliera tu número y te fueras al otro barrio. Te rescaté, y ya sabes que no te pedí nada, pero me hiciste un pomposo y romántico juramento de lealtad y agradecimiento, apelaste a tus sagrados principios, dijiste que nada nos separaría, que eras abogado y ninguna ley prohibía lo nuestro. Que tendríamos hijos. Yo qué sé… yo era joven e inexperta: te creí. Hoy, al fin, lo has admitido, no soy suficientemente mujer para ti, nuestra unión roza lo delictivo. Y casi me acusas a mí de todo, cuando nunca tuve la culpa, yo misma te lo quise explicar aquella mañana que te rescaté, te advertí que lo nuestro era imposible. ¿Cómo puedes ahora reprocharme que sea una sirena?

 

 

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